Entre la
cerveza y tú,
me quedo con
la cerveza;
pues sus
resacas son más pasajeras,
los únicos
dolores que me causa, son de cabeza,
siempre la
tengo en casa
y si la
extraño solo debo abrir el refrigerador.
Me quedo con
la cerveza
porque su
frialdad no me disgusta,
porque su
boca no me lastima
y siempre es
la misma a todas horas;
ella no me reprocha
al buscarla imprudentemente,
no espera
nada de mí y me admite en mis defectos.
Me quedo con
ella, pues no soy su dueño
pero es mi
mejor amante,
siempre sabe
dónde encontrar mis sonrisas perdidas
y nunca me
cela al embriagarme con otra;
mi puta fiel,
mi sombra en el asfalto,
ella me
conoce más que tú y claudica más que
nadie.
Entre la
cerveza y tú
me quedo con
la cerveza,
porque a
ella si la prefiero seca y amarga
porque
siempre la tengo al alcance de mi mano;
pero si no
me dan a elegir
mil veces me
quedo contigo.
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