martes, 8 de marzo de 2016

Discretos.



Para ser discretos,
te llamaré sólo por tu primer nombre
aunque te disguste;
seré tu cómplice entre las sombras
y entre las horas muertas;
caminaremos como los trenes
que se rozan sin tocarse;
nuestros saludos serán códigos
entre miradas y sonrisas a medias;
las mesas serán habitaciones,
testigos de nuestros pies desconocidos;
te evitaré en los sueños
y te daré secretos entre versos;
dibujaré tu cara
si al darte la espalda te muerdes los labios;
nos desconoceremos tanto
sabiendo que a solas nos conocemos hasta los pasos.

Para ser discretos,
me quedaré siempre detrás de tus pensamientos;
seremos los extraños
que estando cerca juegan a extrañarse;
cortaremos las cadenas
para ser prófugos de los deseos en público;
descifraré el código de tus caderas
resumiéndome entre terceros;
privatizare tus labios y expropiare tus besos;
nos buscaremos en el asfalto virgen
y en las esquinas desoladas;
pero si te vas y me pides ser tu amigo,
no esperes que sea discreto para abrazarte.

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